Ahora que tu pequeño se está iniciando en el apasionante mundo de las letras, debes estimular su afán por leer. Convertirlo en amante de los libros es un logro que te agradecerá durante toda su vida.
En torno a los 5 años, seguro que tu hijo ha comenzado a leer algunas palabras en clase. Le enseñan justo en esta etapa porque ya tiene suficiente memoria visual y auditiva para poder retener la correspondencia entre las letras y sus sonidos, porque tiene un vocabulario amplio y porque sus capacidades de atención y de concentración son bastante aceptables.
El proceso de aprendizaje de la lectura consta de dos componentes básicos: uno técnico, que es competencia casi exclusiva del colegio, porque requiere un método estructurado de trabajo; y otro afectivo, que se aprende en casa mucho mejor que en la escuela.
Hay que darle el ejemplo
Para que tu hijo se muestre interesado en descifrar los textos de sus cuentos, debes inculcarle el amor por la lectura. Hay muchas formas de hacerlo: leyendo en su presencia todos los días, contándole cuentos antes de dormir, llevándolo a “explorar” librerías y bibliotecas infantiles, regalándole libros, etc.
La lectura debe ser siempre una actividad placentera para él y jamás debes forzar su ritmo natural de aprendizaje. Que se suelte a leer antes o después es una cuestión de madurez, más que de inteligencia (las niñas, que a esta edad son más maduras, suelen aprender a hacerlo antes que los niños).
Si insiste una y otra vez en que le expliques qué pone en sus libros, antes de intentar enseñarle, debes hablar con su tutora, para que te indique qué método sigue en clase y te guíes por él. Si no, puede que tú emplees otro sistema y que el niño acabe interesándose.
La lectura como un juego
En cualquier caso, siempre es bueno que vaya señalando con el dedo las palabras que intenta leer: esto le facilita la asociación entre las sílabas y su pronunciación.
Y como en cualquier otro aprendizaje, en este también debes incentivarlo a través del juego. Por ejemplo: anímalo a buscar en una página palabras que empiecen por una letra determinada, pídele que busque palabras iguales, que señale las que empiezan por mayúscula…
Así participas en la parte técnica de su aprendizaje, sin interferir en el ritmo ni en el sistema que siguen en su colegio y potenciando su ilusión y sus ganas de aprender cada día más.
¿Prefiere ver la tele?
En este caso, para acercarlo a los cuentos:
– Habitúalo a alternar los medios audiovisuales con las lecturas infantiles: son dos maneras muy distintas de pasar el tiempo, pero no tienen por qué ser excluyentes.
– Al elegir sus cuentos, piensa más en su estadio madurativo y de comprensión que en su edad y procura que tengan poco texto e ilustraciones muy llamativas.
– Al “leerle”, siéntate con él, manteniendo un contacto físico directo, para comunicarle la dimensión afectiva de la lectura.
– Si le apetece dejarlo, para. Insistir no sirve de nada, es contraproducente. / Agencias.