Cómo enfrentar una desgracia en la familia

Sin temor a sonar como demasiado negativa o tremendista, debemos aceptar que muchas cosas malas suceden en este mundo y nosotras no tenemos por qué ser la  excepción. Por eso es necesario educar nuestra mente y también educar a nuestros hijos para poder hacer frente a un hecho trágico cuando este tenga lugar.

¿Qué puede considerarse como “desgracia”?

Una muerte en la familia es más sencilla de ver como tal pero dependiendo de la edad de cada miembro de la familia, la pérdida del hogar por alguna circunstancia o un divorcio también pueden llegar a vivirse como una de las desgracias de las que no vemos la salida.

¿Cómo suelen reaccionar los niños?

Algunos tienden a hacerse a la idea de que lo que está sucediendo no es real, y que se solucionará en un corto tiempo. A ciertos niños y adolescentes les resulta penoso y muy difícil contar lo que les está sucediendo y eso los vuelve ansiosos, encerrados en si mismos, quizá algo hoscos y con ciertos problemas asociados a esto, tales como el insomnio y los problemas de conducta y / o de aprendizaje en la escuela. En estos casos se recomienda la ayuda de un profesional de la salud mental.

Cómo paliar los sentimientos negativos

Las buenas lecturas, las compañías alegres, el hacer cosas juntos en familia y recuperar rápidamente la rutina familiar son cuatro de las cosas que más ayudarán a superar el mal momento familiar.

También ayudará a pensar si realmente existe una solución al problema o no. Esto se debería tratar en familia también, porque es necesario que todos los miembros y especialmente los que viven en la casa asuman la realidad de que las cosas no van a ser como antes totalmente: el ser querido que ha muerto no volverá, la casa perdida difícilmente pueda recuperarse, etc. Esto les ayudará a organizar su nueva vida de aquí en más, en lugar de mirar constantemente al pasado para añorarlo o tratar de revertirlo.

El valor de los sentimientos positivos

Aprender a hacer frente a los pensamientos negativos es importantísimo. Mantenerse positivo es la clave y para alimentar esos buenos pensamientos es necesario rodearse de personas que también los tengan: que deseen ayudar verdaderamente, que recuerden con una sonrisa a la persona fallecida, que puedan acercar un plato de comida o un abrazo cuando más lo necesitamos. No solamente cuando recién ocurre la desgracia, sino también cuando va pasando el tiempo y la familia afronta nuevos desafíos a causa de la misma.

 

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