Buscan mejorar relaciones entre policías e indocumentados en ciudad Colorado

Las autoridades municipales de Boulder (Colorado) iniciarán consultas y encuestas comunitarias sobre cómo transformar a esa localidad en un lugar «seguro y acogedor» para así mejorar las relaciones entre la policía local, los indocumentados y las personas desamparadas.
La nueva iniciativa, anunciada durante el fin de semana y detallada hoy por la administración municipal, se enfocará en entrevistar tanto a residentes como visitantes sobre qué experiencia tienen cuando interactúan con autoridades o policías de Boulder, especialmente a minorías y jóvenes.
Según Jane Brautigam, administradora de Boulder, una de las principales ciudades de Colorado y situada al noroeste de Denver, el estudio es necesario porque un reporte anterior, publicado en febrero de este año, determinó que el racismo policial en Boulder era «evidente».
Esta situación, llevó a las autoridades a querer «mejorar la seguridad y la inclusión de la comunidad, tanto real como percibida».
Estadísticas del Buró del Censo revelan que en Boulder viven unas 107.000 personas, 10.000 habitantes más que hace cinco años. Los hispanos representan poco menos del 10 % de la población, los asiáticos casi el 5 % y los afroamericanos y nativos menos del 1 % cada grupo.
Pero la llegada de inmigrantes a Boulder dista mucho de ser un fenómeno reciente. Hacia 1900, las familias latinas ya estaban establecidas en esta ciudad. Hacia 1920, la comunidad italiana ya era considerable.
Sin embargo, inmigrantes y minorías enfrentan claros desafíos. El reporte de febrero pasado indica que los afroamericanos en Boulder tienen dos veces más posibilidades de ser multados por infracciones menores de tránsito que los otros grupos étnicos.
Y en abril pasado el Concilio de Carpinteros del Suroeste de EE.UU. denunció casos de contrataciones irregulares y de robo de salarios que afectaban a trabajadores hispanos empleados en la construcción de un hotel de 91 millones de dólares en Boulder.
Por eso, dijo Brautigam, la nueva consulta «es un proyecto del que toda la comunidad necesita participar».
«El Gobierno municipal no puede resolver los problemas que tenemos en nuestra comunidad sobre si la gente es amigable o no, sobre si somos receptivos no. Todos tenemos que hacer nuestra parte», afirmó Brautigam en declaraciones preparadas.

EFE