La caja en cuestión es redonda y está pensada para que el aire circule dentro del contenedor, de modo que la humedad y el calor no hagan que la pizza se ablande cuando se transporta. La idea tras ella es que los empleados, en caso de que pidan una pizza a su oficina y no se la terminen, puedan llevársela a casa en óptimas condiciones.
La patente de la caja, curiosamente, lleva siete años registrada, por lo que Apple lleva bastante tiempo con este diseño en mente y no lo ha utilizado hasta ahora. Este descubrimiento forma parte de la cobertura que la revista especializada Wired ha hecho en su último número.
No es la primera vez que la compañía se anima con el diseño de productos cotidianos. También tiene una patente para una bolsa de papel, la cual es posible que puedan utilizar en sus tiendas en algún momento.