Una de las maneras más eficaces (y más gratas) de unir a la familia es por medio de las reuniones celebradas periódicamente. Muchas familias tienen por costumbre reunirse, por lo menos, una vez al mes. Por supuesto, al final todo dependerá de las circunstancias, las posibilidades, la voluntad y la disposición de cada quien.
Como es bien sabido: ”cuando las prioridades están claras, las decisiones son fáciles”. Este es el primer factor que se debe de tener en cuenta a la hora de organizar una reunión familiar. Tómate un tiempo para averiguar bien cuáles son tus prioridades e imaginar cómo deseas que se dé la reunión con tus familiares. La visualización de nuestros deseos nos ayudará a llegar a la meta.
Por otra parte, la labor más complicada es lograr que los horarios de la familia coincidan; es decir, procurar que todos puedan estar a la misma hora y en el mismo lugar para disfrutar juntos.
Algunas personas optan por organizar estas reuniones de forma grupal; es decir, con el apoyo de otros familiares interesados en celebrar un tiempo juntos. De esta manera, se cuenta con distintos puntos de vista y se genera con facilidad las llamadas ”tormentas de ideas” con las cuales, se resuelven muchas cuestiones.

7 claves para organizar una reunión familiar
Uno de los beneficios de verse con frecuencia es que se propicia una buena comunicación entre los miembros de la familia, y en otros casos, mejora. Este aspecto los ayuda a alcanzar metas y a discutir las necesidades del hogar de manera abierta. Por eso, aprovecha estos consejos para organizar de la mejor manera una reunión familiar:
En primer lugar, organiza tu tiempo
Como casi todos los aspectos de tu vida, la organización y la planificación serán claves para celebrar una reunión en la cual se puedan integrar a todos los familiares para que ninguno quede excluido o aburrido en un rincón. Ten en cuenta que, si te fijas metas cortas, podrás alcanzar lo que deseas. Un paso a la vez.
Establece la fecha y hora de la reunión familiar con anticipación
Las reuniones familiares deben realizarse en una fecha y hora que haya sido previamente concertada con todos los integrantes del grupo. Por lo general, los domingos de cada mes son un buen día para encontrarse; y reunirse para comer algo rico, siempre es una agradable excusa para verse y compartir.
Alguien debe llevar la batuta
Puedes establecer como “líder” de cada reunión a un integrante diferente de la familia. Así, cada miembro puede dirigir y realizar el servicio de la reunión y aportar un toque de su personalidad a cada encuentro. También es bueno dividirse las tareas de acuerdo a las habilidades y gustos de cada quien. Eso ayudará a que la labor de organizar una reunión familiar sea sencilla y fluida.
Fomenta un ambiente de buena comunicación
Todos los miembros de la familia deben tener absoluta libertad de expresar sus ideas y sentimientos. Trata de fomentar un ambiente que propicie la buena comunicación.
Otra manera de fomentar una buena comunicación es moderar los temas, trata de evitar las conversaciones tóxicas, llenas de críticas e interrupciones. Este tipo de conversaciones deben erradicarse de los ambientes familiares, pues no son positivas. Es importante que se alimenten los ambientes donde se compartan sentimientos y pensamientos honestos y positivos.

Resta importancia al tiempo de duración de cada reunión
Las reuniones familiares a veces se extienden. Pero si estas son de carácter comunicativo, no deberían durar más de 20 o 30 minutos para que nadie se aburra. Pero si la familia se está divirtiendo y hay tiempo de sobra para compartir y todos así lo desean, el tiempo volará sin que se den cuenta.
Aprovecha las reuniones para establecer metas y compartir planes
El buen ambiente que propician las reuniones familiares sirve de ayuda para comenzar a planear actividades importantes y divertidas como las próximas vacaciones o plantearse metas individuales o en equipo. También son un buen escenario para discutir los acontecimientos positivos, así como para comentar los esfuerzos que ha hecho la familia para conseguir ciertas metas.
Durante las reuniones se puede aprovechar el tiempo para reconocer o recompensar el progreso con respecto a los proyectos que se van planteando o cumpliendo.
Las decisiones de importancia solo corresponden a los adultos
Si en alguna de estas reuniones se da la oportunidad de tener que tomar una decisión importante, ante una situación relevante o de riesgo, los más pequeños deben entender y aceptar que son los padres quienes tienen la última palabra.
Si bien se ha dicho que el objetivo de las reuniones familiares es un ambiente de libre expresión, un niño no tiene el juicio y la sabiduría suficiente para tomar decisiones importantes, puede opinar y se le debe escuchar, pero la palabra final será siempre de los adultos.