- Estimular el aprendizaje a temprana edad
Para que los niños adquieran ambas lenguas, es importante estimularlos incluso desde el vientre. Si el padre y la madre hablan dos idiomas distintos, ambos pueden hablarle en su propio idioma.
- No forzar el aprendizaje
Puede que el niño no quiera expresarse en uno de los idiomas. En este caso, para evitar frustraciones, no se debe obligar al pequeño. El hecho de que escuche a sus padres expresarse en su idioma materno contribuirá a que lo adquiera o lo asimile.
- Conocer a otras personas de la comunidad lingüística
Aunque se hable en casa, también es recomendable que los más pequeños tengan contacto con otros miembros de esa comunidad lingüística. Así podrá conocer más acerca de las costumbres y cultura de origen de sus padres, y enriquecerá su percepción del mundo.
- Fomentar la comunicación
Los padres deben elegir qué idioma se hablará en casa, si el idioma materno o el del país en el que residen. Para que sean buenos comunicadores, los padres también deben poner de su parte, y ser coherentes con las decisiones que se tomen.
- Practicar
Si los padres están aprendiendo un nuevo idioma, practicarlo les ayudará a conectarse con sus hijos. Toda la familia puede aprender un idioma nuevo, buscar información y planificar juegos para que el aprendizaje sea más divertido.
La capacidad de hablar más de un idioma hace que las conexiones neuronales estén más activas, lo que beneficia a la salud mental y ayuda a adquirir nuevas habilidades sociales.