De acuerdo con una encuesta reciente, elaborada por el periódico El Financiero, el 38% de las personas entrevistadas reportaron una pérdida de empleo o de su fuente de ingresos, ya sea directamente o entre alguien de su familia.
De esa cifra total, el 25 por ciento reportó pérdida de empleo entre algún familiar, el 6 por ciento en su caso propio y el 7 por ciento en su caso y el de algún familiar.
Todos estos datos de la encuesta ilustran que una buena parte de la población mexicana cerró el 2020 con más pesimismo que optimismo, respecto a la economía.
En diciembre de 2020, el 59% de los mexicanos expresó que su estado de ánimo respecto a la situación económica del país es malo o muy malo, frente a 14 por ciento que lo calificó de bueno o muy bueno, de acuerdo con la encuesta realizada vía telefónica.
Si bien ese 59% representa la proporción más baja de pesimismo ante la economía nacional que se observa desde abril del año pasado, que llegó a 71 por ciento en ese mes y a 72 por ciento en mayo, en los inicios del confinamiento debido a la pandemia, también es cierto que el pesimismo ante la economía es cuatro veces mayor que el sentido de optimismo entre la población.