La «pesadilla» que supone la burocracia, la incertidumbre sobre el futuro de la reforma migratoria y las altas multas a quienes incumplen las leyes disuaden a empresarios de contratar a extranjeros, incluso con presencia legal en el país, según expertos.
«No se trata de no querer contratar a trabajadores extranjeros, sino de que, como empresarios, debemos adoptar un punto de vista económico, es decir, debemos evaluar si realmente vale la pena el costo y el tiempo a invertir para esas contrataciones», explicó a Efe Belén Albuja, abogada experta en temas inmigratorios.
«Soy abogada, pero también soy empresaria. Me gustaría contratar a inmigrantes con altas calificaciones, pero las leyes actuales lo hacen muy difícil», lamentó Albuja.
En su opinión, más allá de la inacción del Congreso en cuanto a una reforma migratoria y el reciente fallo de la Corte Suprema sobre las acciones ejecutivas presidenciales DACA y DAPA, también afecta la contratación de extranjeros la «insuficiente cantidad» de visas y la excesiva «burocracia», así como las «altas exigencias para el empleador y costos prohibitivos».
Coincidió con ella el empresario Mike Leman, dueño y fundador de una empresa de jardinería en Aurora, Colorado, que recurre a mexicanos para completar sus proyectos, aunque la complejidad y el costo de los trámites inmigratorios no se lo ponen fácil.
«La burocracia es una pesadilla que nos impide contratar a más personal del más alto orden y de la más alta calidad. Deberíamos enfocarnos en el país y contar con políticas inmigratorias compasivas», apuntó.
La abogaba suma un problema extra, los plazos, pues el «proceso puede demorar meses y hasta años», y eso, sumado a que intentan evitar «tener problemas con el gobierno», hace que «muchos empresarios ni siquiera intentan contratar a extranjeros».
A pesar de todo, como parte de su trabajo y de su «misión de vida», Leman viaja México varias veces al año para proveer capacitación laboral a sus potenciales empleados.
«Cumplimos totalmente con todas las leyes. No contratamos a nadie sin primero pasar por un largo proceso de tramitar sus visas y de verificar su documentación (…) Seguimos todos los pasos que indican las autoridades estatales y federales, y aun así tenemos grandes desafíos», comentó Leman.
Su principal reto, dijo, no es ni el número limitado de visas para trabajadores temporales ni el costo o el tiempo del proceso, sino el hecho que esas visas no se adecúan a las necesidades de los empresarios debido a que se asume que los trabajadores temporales «carecen de educación formal».
«Son técnicos expertos, y para nosotros es un gran desafío, porque el Gobierno no tiene ese concepto de los trabajadores temporales extranjeros. No los entiende, pero sin esos trabajadores las empresas corren el riesgo de tener que cerrar», afirmó.
Leman contrata a unas pocas decenas de trabajadores, pero a nivel nacional la cantidad de personas, tanto trabajadores como sus familias, impactadas por la actual situación es de varios cientos de miles.
«Dejando de lado a los 11 o 12 millones de indocumentados, es difícil saber cuántas otras personas en realidad se ven afectadas por no poder ni siquiera presentar una solicitud de trabajo para un trabajo temporal», dijo León Ortega, de Rocky Mountain SER, organización no lucrativa que provee servicios educativos a familias carenciadas, incluyendo trabajadores migrantes.
«Creemos que 700.000 es un número adecuado, y no es una cifra menor, ya que, como comparación, en Estados Unidos trabajan 1,2 millones de trabajadores temporales agrícolas», aseveró.
Si la complejidad de las leyes inmigratorias y las nuevas multas para empleadores por contratar a indocumentados, que desde este mes llegan hasta 21.565 por trabajador en el caso de infracciones múltiples, provocan que los empleadores actúen con extrema cautela o incluso no contraten a inmigrantes.
Además, la falta de oportunidades y el miedo a la deportación provoca que los trabajadores extranjeros ya no busquen trabajo, según el dirigente hispano.
«Estamos tratando injustamente a aquellos a quienes deberíamos ayudar por ser los productores de la comida del país», opinó.
Para Leman, los beneficios de un sistema migratorio «respetuoso de los inmigrantes y también del país» deberían llegar a todos los trabajadores extranjeros, temporales o no.
«Es ridículo que cada año tengamos que empezar los mismos trámites otra vez cuando lo único que pedimos es un sistema que reconozca los esfuerzos del empleador y las contribuciones de los trabajadores a favor de la comunidad local y del país», expresó.
EFE